jueves, 11 de febrero de 2010

La ciudad soñada


Pensar la cuidad como tema es la búsqueda de una coherencia y orden donde no lo hay, pues todo la complejidad de la ciudad se resume a la relación entre el ciudadano y la ciudad. Esta relación consiste en como el ciudadano percibe la ciudad, como la cambia, como la afectan las huellas que dejan y como ha sido su experiencia en ella.
La ciudad se puede experimentar de tres formas distintas: La ciudad que es un proyecto de lo que debe hacerse en ella, es decir la ciudad ideal; la ciudad que es abordada y poseída, es decir la ciudad real; y la ciudad que es exactamente como se quiere que sea, que es perfecta, es decir, la ciudad soñada.
La ciudad ideal es aquella donde se trazan proyectos, esta está en la mente y en ella se cambian cosas, se perfeccionan otras, se quita lo que no se quiere que esté en ella y se ponen las cosas que se desean ver en ella, es en la que queremos lograr al dejar huellas.
Por otra parte está la ciudad real, la que está hecha de lo que conocemos y somos, la que se ve y se toca, es la ciudad por donde pasamos y dejamos huella; también es la ciudad que no vemos, aunque vivamos toda una vida en ella no la vamos a conocer toda, pero esa parte que no vemos aun es parte de la ciudad real; es en la que se odia y se ama, es por la que pasamos y en la que dejamos memorias, es la ciudad que cambia diariamente y que aunque es en gran parte desconocida nos la apropiamos.
Y finalmente está la ciudad soñada, esta llega a nosotros por los demás, esta será coherente y metódica, y como no la podemos ver, la imaginamos en su totalidad. Esta la conocemos sin conocerla, esta ciudad es sin conocerla, es decir, no la experimentamos pero la conocemos.

Sebastián Giraldo
Código: 09209050

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